jueves, 3 de junio de 2010

CUANDO NO SE PUEDE GOZAR DEL ÉXITO OBTENIDO, SÓLO LO ARREGLA EL PSICOANÁLISIS (PRIMERA PARTE)


Cuadro: Reproducción de Olga de Lucia del cuadro Aparición del rostro de Afrodita de Cnido en un paisaje, de Dalí.


Creemos que funcionamos bajo la lógica de la conciencia, vivimos bajo esa ilusión, que el sentido común, lo razonable, es lo que rige nuestras vidas. Nos olvidamos o negamos, por tanto, constantemente, que en nosotros transcurren procesos inconscientes. Según la lógica de la conciencia, alguien que triunfa, entendiendo por triunfo la consecución de los objetivos personales de cada uno, que pueden ser logros académicos, materiales, sociales o amorosos, alguien que triunfa, repito, se esperaría, desde la conciencia, que estuviera contento, que reaccionara a su triunfo con alegría y renovadas energías, sin embargo, hay muchas personas que ante el triunfo, ante la consecución de sus sueños y aspiraciones, se deprimen. No sólo se deprimen, o se enferman de neurosis, sino que muchos de ellos se las arreglan para estropear o malograr el éxito conseguido. En pequeña escala, seguro que muchos de vosotros habéis sentido una sensación similar, cuando conseguís algo largo tiempo deseado, y de repente, os entristecéis, y vosotros mismos pensáis: debería estar contento y os preguntáis el motivo de vuestra tristeza.
Todo lo que nos parece paradójico, lo que no nos cuadra con la lógica de la conciencia, lo que aparece como diferente de lo esperable, es porque ahí hay un factor inconsciente que se juega. Y en el caso de los que fracasan al triunfar, lo inconsciente que se juega es la culpa. La culpa inconsciente, no la que se siente conscientemente, sino la que actúa silenciosamente y busca, ya que la culpa es uno de los afectos más intolerables para el sujeto, un castigo, un castigo que la calme. La culpa inconsciente no aparece por ningún delito cometido, sino más bien por las fantasías, por los delitos fantaseados.