viernes, 3 de julio de 2009

TANTA LIMPIEZA NOS ENFERMA, DICE EL DIARIO EL PAÍS.

Cuadro: El tacto. Louis Lagrenée

Hay un interesante artículo publicado en el diario El Pais, que relaciona la excesiva higiene con la proliferación de enfermedades alérgicas y autoinmunes.
El sistema inmune es un sistema que no está formado a nacimiento, sino que se va formando paulatinamente. Al principio, es el sistema inmune de la madre, el que protege al hijo.
En la formación de este sistema inmune (que nos protege de las agresiones del mundo exterior virus, bacterias, entre otras cosas), se realizan varias operaciones de suma importancia:

1) El sistema inmune debe reconocer las propias células para no atacarlas: función de reconocimiento y de discernimiento, es decir, de diferenciación entre lo propio y lo ajeno.

2) El sistema inmune se va poniendo poco a poco en contacto con los distintos gérmenes y desarrollando una inmunidad específica para cada virus o bacteria con la que contacta: en ocasiones esta inmunidad es permanente, como sucede con la rubéola, varicela, y otras enfermedades exantemáticas de la infancia, de tal manera que son enfermedades que por regla general, solo se pasan una vez, y ya quedamos con los anticuerpos (defensas) necesarias para estar protegidos contra un nuevo ataque de la enfermedad.

Las enfermedades autoinmunes (donde el sistema inmune ataca a las propias células del cuerpo), son por una alteración en el reconocimiento de lo propio y en su discernimiento de lo ajeno: lo propio lo reconozco como si fuera ajeno, y lo ataco.
Las enfermedades alérgicas, son una respuesta exagerada del sistema inmune, tomando como patógeno, como dañino, algo que no lo es, por ejemplo: un grano de polen, sustancia inocua para el organismo, se torna un enemigo mortal, al que el sistema inmune ataca, lo que provoca los síntomas de alergia, no es el grano de polen, sino la respuesta exagerada del sistema inmune.
Hay padres que quieren retirar a su hijote la guardería porque “se coge muchas infecciones”, esto es un gran error, al infectarse, el niño está constituyendo su sistema inmune, que es un sistema que no puede constituirse en ausencia del patógeno (virus o bacteria).
Y ahora vamos a profundizar en la relación de una limpieza excesiva con el desarrollo de este sistema inmune. Hay estudios varios, muy curiosos al respecto, uno publicado hace unos años en el Lancet, estudiaba la suciedad de los colchones correlacionándola con la presencia de asma. Los niños cuyas madres limpiaban obsesivamente los colchones, los desinfectaban con demasiada frecuencia, etc, tenían mucha mayor incidencia de asma. Otro estudio señalaba que sucedía algo similar con los hijos únicos respecto a las familias de muchos hermanos. Los hijos únicos tenían también mayor incidencia de asma alérgica.
Esto puede tener su explicación biológica, pero también tiene indudablemente su vertiente psíquica. Hemos dicho que el niño necesita para la constitución del sistema inmune, estar en contacto con los gérmenes, generalmente, se contagian unos a otros, por eso los niños que tienen escaso contacto con otros niños, tienen más dificultades para desarrollar su sistema inmune.
Pero igual que el sistema inmune necesita del contacto de otros para formarse, también el niño como sujeto necesita de otros. En la alergia hay un rechazo exagerado a lo extraño, sólo por diferente, por distinto, por “no ser yo”. También el niño tiene que hacer ese camino de reconocer que hay otros, de no rechazarlos, de distinguirlos de sí mismo (de reconocimiento-discernimiento).
Los niños que son sobreprotegidos en cuanto a la higiene, que no les dejan llevarse a la boca algo que se ha caído al suelo, o que no les dejan gatear por un suelo que no brille, también son sobreprotegidos frente al mundo en general. Los padres lo hacen de buena fe, quieren evitarle al niño cualquier sufrimiento que ellos hayan experimentado, pero eso no es posible, y hace hombres y mujeres débiles, que no saben afrontar la vida y sus dificultades, que se frustran al menor inconveniente de la realidad, que rechazan a los otros como si fueran enemigos. Quizás a los niños haya que dejarlos crecer, ayudarlos en lo que requieran e intervenir sólo cuando se pongan en peligro. No evitarles vivir, hacerse hombres y mujeres.

6 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tus palabras. Tenemos que caernospara poder aprender a levantarnos.
    Saludos

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  2. Excelente post te felicito,sobretodo en no evitarles vivir.Algún adulto deberia coger apuntes.Un abrazo...

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  3. Hola Jose, tenemos que caer para levantarnos, nadie pued evitar a otro las asperezas de la vida, los desengaños, las frustraciones, como tampoco los goces, las alegrías, los triufos.
    Un abrazo Jose, gracias como siempre por tu comentario

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  4. Hola Javier, gracias. Espero que algunos la tomen, si, tendríamos menos adultos alérgicos en el futuro.
    Un abrazo.
    Alejandra

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  5. LA VERDAD ES QUE TODO LO QUE CUENTAS ES ALGO QUE YO, LLEVO MUCHO TIEMPO PENSANDO, AL IGUAL QUE PASA CON TODOS ESOS YOGURES CON L-CASEI Y ESTAMOS ACOSTUMBRANDO AL CUERPO A NO CREAR DEFENSAS POR EL MISMO.

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  6. Hola Sergio: estamos acostumbrando al cuerpo a no crear defensas y a nuestro psiquismo a no soportar ninguna frustración, es cierto. Gracias por el comentario

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